Unas palabras

Unas palabras
buscaban tus oídos,
sin encontrarlas.

Solo el silencio,
eterno compañero,
iba contigo.

Pero faltaba
la voz que con su acento
llegara a ti.

Corren las horas,
las sombras ya se acercan,
pasa la tarde.

Y el compañero,
sin voz, es el silencio,
que está a tu lado.

Estás cansada,
precisas las caricias
de algunos dedos.

Mueves los labios,
pronuncias una frase
que dice un nombre.

Y cerca el mar,
recoge tu deseo
con las resacas.

Y entre las olas,
con algas y salitres
llegan respuestas.

Viene la voz,
buscada y tan ansiada,
con sus palabras.

Rafael Sánchez Ortega ©
13/06/20

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