Si el mundo nos necesita
nuestras súplicas unamos,
si en el mismo bote vamos
nuestra voz es la que grita.
Que si las guerras evita
un gran trabajo se ha hecho,
y cada cual satisfecho
con el vecino comparta,
si la guerra se descarta
que nos sirva de provecho.
Asesinos indecentes
lo son los imperialistas,
carroñas capitalistas
como auténticos dementes.
Pues bastan los referentes
de cuantas guerras emprenden,
si a medio mundo sorprenden
exhibiendo sus misiles,
aunque maten a civiles
que de vivir sólo entienden.
Con su poder y arrogancia
manipulan a la gente,
cuando incluso de repente
hasta aplauden su ignorancia.
Por eso desde la infancia
a los niños adoctrinan
y si hace falta apadrinan
de camino a las trincheras,
donde envueltos en banderas
sus entrañas contaminan.