Una palabra que suture las grietas
que desgarran a mi alma.
Un lamento inundando el horizonte
de sudor y de esperanza.
Un ingrato recuerdo aplastado
bajo el peso de mil poemas.
Una cara donde reflejarme
forjada a base de augustas leyendas.
Un instante de euforia desmedida
capaz de perdurar en la historia.
Una noche sin piedras ni lobos
andando descalzo por la sierra.
Una sonrisa iluminadora
las églogas de Garcilaso de la Vega.
Un beso sincero y analgésico
que apague el infierno de mi memoria.