Una sonrisa

Una sonrisa,
pedían esos labios
de aquel poeta.

Una sonrisa,
en forma de caricias
y de palabras.

Una sonrisa
que abriera las pupilas,
ahora cerradas.

Y es que el silencio
de versos y de labios
era asfixiante.

Estoy cansado,
rumiaba en su silencio
el alma inquieta.

Una mochila,
pesada, de recuerdos,
iba en su espalda.

Y le apretaban
el tiempo y el pasado
del gran esfuerzo.

Quería un rato
de paz y de descanso
que precisaba.

Miró a los cielos
buscando a la sonrisa,
hoy tan ausente.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/04/25

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Ay! el valor de una sonrisa; has sabido estupendamente plasmarlo en cualquiera de las estrofas de tu poema. Por elegir una, elijo ésta: Una sonrisa
que abriera las pupilas,
ahora cerradas.

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Gracias por fijarte en esos versos, Luisma.
Saludos.