Una lágrima se desliza,
salada, dulce, escondida entre mi pelo.
En la comisura de mis labios saboreo
el dulce calor de tu recuerdo.
y cuando se evapora siento,
que me arrancan un trocito de deseo.
Otra lágrima y no lloro, sonrío,
porque es una perla viva, líquida,
una perla de alegría recorriendo
el contorno de una sonrisa.
Ahora escucho mi sentimiento
escondido en un poema: una canción
y otra lágrima, otra perla,
al compás de un pausado corazón, que te desea.
Me siento extraña en mi mirada
y en mi cuerpo, y en este pensamiento.
Apenas veo la luz, pero sí veo el fuego,
el de tus ojos, que me quema,
hace que me estremezca y me ilumina.
Son tus ojos, tu sonrisa, y los veo,
aquí, entre un cuerpo y una lágrima.
Entre tu sonrisa y la mía no hay distancia,
sólo el viento, las casas, no hay distancia.
Aquí estoy yo, con otra lágrima
resbalando en mi mejilla
Aquí estás tú, con tu sonrisa
Iluminando mi vida.
Aquí los dos, tú mi corazón
y yo en mí misma, llorando,
por ti, de alegría.