Una despedida es un vínculo

No me acostumbro al dolor de la pérdida,
ni al vacío que implica no tenerte cerca,
no me acostumbro a la herida abierta,
escuece recordar cada vivencia como si fuera nuestra.

Todo me recuerda a nosotros,
incluso lo que no pasó,
incluso si no hay un nosotros,
yo nos tengo en la cabeza.

Sé que querrías borrar el tiempo compartido,
pero no puedes volver atrás,
y es que ya lo decía Simone (Weil):
una despedida también es un vínculo,
y nuestra historia sigue viva.

Ahora que sabes la verdad,
no eres capaz de traspasarla,
no eres capaz de abrazar la complejidad,
ni de aceptar que fuimos más que lo que contemplabas.

Ahora que sé que lo que acaba no acaba,
sino que se transforma,
puedo vivir con la ausencia,
mientras dejo que el dolor se vaya:
ya no necesito recordar.

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