Esta mañana, te hice caso: dejé a los pájaros sembrar el aire con sus vuelos y canciones.
Cuando los ruidos rompieron el encanto, el sol ya cumplía su juramento sobre la ciudad.
Tu imagen se fue desvaneciendo. Y yo volví a andar por las mismas calles inexplicablemente absurdas.
Está anocheciendo.
La soledad se clava en esta penumbra como un dardo impiadoso, artera estocada con la que convivo hasta dormir, mientras los pájaros recogen su cosecha y se van en busca de otro amanecer.
Me impacta como tu prosa narra cómo se sigue una sugerencia y se observa la belleza de la naturaleza a través de los pájaros y el sol. Sin embargo hay una embriaguez de soledad al final del día, dejando una sensación de melancolía y quietud en la noche.
Que excelente prosa! Las metáforas y la trama, y ese algo poético que corre tras el relato!
Me gusta su estilo y su buena calidad.
Felicidades @Ocamposinvictorias
Una ausencia que se hace sentir cada noche, para dar paso a la luz en cada amanecer. Gracias por tus palabras!
Más que agradecida por tus palabras! Gracias por leer!
La naturaleza se hace imaginaria y lo imaginario se hace real para resolver en soledad —Aplausos.
Qué inicio más bonito. Me gustó mucho todo el relato. Saludos.
Muchísimas gracias por tu visita y tu comentario!
Qué bueno que te haya gustado. Me alegra. Me anima. Buen domingo!
Todo cambia tras la ausencia, tras la soledad que queda susurrante. Bellísima prosa. Saludos cordiales.
¡Muchas gracias, @Sinmi! ¡Buen domimgo!