Un viajero permanente


Huele a pintura recién creada
desde un poema bien lejano
en las comisuras de algo armonioso

flechas mojadas se reúnen
en tu cuerpo arqueado por el sol
el año de la sed comienza la función

y las flores marchitas aún se consumen.

El florero renace.

Cuando me besas
mi amor no tiene estragos ni laureles
paseo desnudo por alguna que otra fábrica del sur.
Cuando me besas
el temor no crece por las piedras y muros.
Solo tú haces de mi memoria
un fuego intacto; un lazo apasionado:
un viajero permanente

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