De la Rioja que es púrpura encendida
bebo un sorbo de luz en sus colores
como un beso repleto de mil flores
y con su aroma que jamás se olvida.
Lo alargo con el alma conmovida
y en esa claridad de mil amores
sus tragos son mis sueños seductores
y el jugo es el secreto que convida.
Pongamos en el vaso cristalino
nuestras bocas de amor y mieles llenas
como en un cáliz de licor divino
para que alegre a nuestras tristes penas;
y en el mismo lugar, el mismo vino,
cante el mismo sentir en nuestras venas.