Un regalo

¡Oh, amargo diario…! Se rompió y ha muerto
con ella mi esperanza en este día.
Es la mueca burlona, la osadía
del destino que hastía, al fin, mi huerto.

Todo cuanto ha tocado he visto yerto,
pues no hay dios que del hombre no se ría.
La culpa es de la suerte… o tal vez mía,
que quiebro hasta la arena del desierto.

Este afán de entregar aquel brazal,
y este eterno fracaso acontecido
bajo su estrella…
son el recordatorio con que hiere.

No hay ilusión que entierre su final
ni habrá final feliz, como he creído…
junto con ella
¡oh, en las manos del hombre! Todo muere.

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Precioso !!! Magnifico, elegante, rítmico y cierto !! Un gran aplauso !!

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