Quedó un animal dócil contemplando mi memoria
como si fuese una libélula hibernando en una herida.
Lo que comenzó una nube, terminó en mi boca
como una esquela.
La muerte tiene un hilo
y oculto lleva al otro lado,
una cometa jugando con un niño.
En tus versos y renglones se condensan tantos mundos e imágenes hermosas y tan dispares que atraen al lector y hay que releerlos…
Hermoso! Un abrazo, amigo.