Sobre la cima de la vasta sierra
las nubes grises y oscura la tierra.
Cielo encapotado, olor a tormenta,
la leña en el hogar y té con menta.
Tranquila la hora, se torna lenta
mientas las manos el fuego calienta.
Tras de los cristales la mente vuela,
recuerdos bonitos la mente anhela.
Hay días tranquilos que no se hierra
si se pone la mirada muy atenta
en que el corazón hoy por fin no duela.