Un día me iré, allá… allá;
donde nadie me mire,
donde nadie me escuche,
donde nadie me escriba,
donde nadie pregunte mi nombre,
donde la sonrisa ya no será una mueca,
y te dejare sola, sola, sola…
con los achaques de tu vejez
sin dolor y sin lástima,
con las cicatrices de mi vida
y con la herida de mi muerte.
Te dejaré mi pasión
mi celo, mi vanidad,
mi sonrisa perdida
en el guiño
de unos versos
inacabados,
y te dejaré mi mirada
en ese sueño tuyo
que me resucita
en tu memoria.
Pasará el viento
con su tiempo
y solo quedarán
los recuerdos
de un llanto.
Poemario La Soledad del Silencio
Pippo Bunorrotri.