( A la mujer afgana )
Ya no te quedan palabras,
todas las gritaste ayer.
Hoy no hay oídos que escuchen
el llanto de una mujer.
Con tantas voces al cielo
que se lanzaron ayer,
¿no habrá una llave que abra
esa reja, por ser mujer?
No son barrotes de hierro,
ni grilletes en los pies,
tan sólo una fina tela
es la que la impide ver
el cielo en todos sus grados
con sus ojos de mujer.
( Poema escrito y publicado hoy por razón del
título )