Un día cualquiera

¿Dónde me llevará la mañana?
¿Qué sorpresas me deparará la tarde?
Entre cafés, noticias, corrupciones.
¿La noche será oscura o llena de luz?
Y pasaré el día entre el rock y el jazz.
Entre el cinismo de los políticos,
y la manipulación de los ciudadanos.
Y me refugio en los cabarés,
en las salas de cines,
en los bares de extrarradio.
Necesito escuchar,
como un alcohólico necesita su sorbo,
un primer riff de Keith Richard’s o
Jimmy Page,
el lamento del blues,
o apuñalarme con
el grito desesperado
del flamenco.
Otro café, por favor.

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Lo cotidiano también es poesía.
Me gusta, Enrique.

Muchas gracias, Walacegere
Saludos.

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