Con el fin de ser niños os traigo una fábula
bajo la luz de un reino que luce fantástico
perdido en los confines y de nombre anónimo
pero muy conocido por su letra célebre
En su trono una reina que se creía única
se contemplaba altiva con su espejo mágico
cada segundo, sí!, cual si fuese el último
eres la más hermosa, le espetaba enérgico
Y llovieron los años menguando su música
y brotó un nuevo sol de hermosura súbita
bajo un alma inocente de bondad utópica
llamada “Blancanieves” de belleza idílica
Y la reina furiosa se empoderó pérfida
desahuciando a la joven al borde del vértigo
que temblando de miedo se derrumbó pálida
por un bosque en aullidos con su luna lúgubre
Corrió desesperada bajo un frío gélido
entre bestias salvajes de latido bélico
con sus llantos desnudos clamando una súplica
¡Ay! que será de mí sollozaba agónica
Y en la paz de un hogar dejó atrás su pánico
donde siete enanitos cultivaron su ánimo
regalando un afecto tan alegre y próspero
que la joven princesa se llenó de júbilo
Pero la sagaz reina con su orgullo cáustico
supo que Blancanieves deslumbraba espléndida
sin pensarlo dos veces con aire colérico
destrozó el espejito con un fuerte estrépito
La maldad de la reina pesaba sin límite
como una viejecita con un gesto cínico
le dijo a Blancanieves con su boca cándida
!ten! come esta manzana, roja y aromática
Y mordió la manzana de aspecto famélico
cayendo desmayada con un golpe drástico
y la reina gozosa se perdió diabólica
y los enanos tristes soltaron su lágrima
Con un sueño profundo descansaba impávida
esperando que un día despertase su ánima
de repente a caballo se acercó un príncipe
que al admirar su encanto la besó romántico
Y se rompió el hechizo renaciendo plácida
y sus almas se unieron bajo un mismo pálpito
los enanos con dicha clamaron su cántico
y felices vivieron en este cuento clásico
Ref. “Blancanieves y los siete enanitos” (Los hermanos Grimm)
Es un soneto alejandrino pero imperfecto, ya que todos los versos terminan en esdrújula y los dos hemistiquios tienen siete sílabas.