Un caracol

Un caracol
avanza, en la ventana,
por los cristales.

¡Cuánta osadía
emprende el insensato
sin darse cuenta!

Tras esos pasos,
que son una escalada,
tendrá la meta.

El cielo raso
del porche de la casa
le detendrá.

Quizás, entonces,
no sepa si seguir
o regresar.

En otros viajes
terminan con sus vidas
los compañeros.

Si me doy cuenta
mis manos los recogen
y los reubican.

Pero son tantos
y suben tantas veces
que es imposible.

Por eso siento
saber, que en su escalada
van a la muerte.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/21

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