Mi rabia tiene equinoccios,
y vierto una sombra torcida en la fiebre de una avispa.
Aprieto la singularidad de mis tambores
en busca de tildes terrestres.
Asusto al infante que tiembla su cometa en mis ojos,
arruino sus días después, y arrastro su quinteto intento…
hasta la arcilla de mi ira.
Luego sangro, y bebo epitafios y persecuciones.
No permitiré que el niño vea el vacío de un alfiler, la desnudez de los zahories.
Ya no aguanto la distancia de lo inexacto, pervierte la luz sinusoidal de mis velas.
Mi garganta es un barco que inclina filamentos a una flor inundada de amarillos
que nunca antes había visto.
Mi rabia tiene equinoccios,
y vierto una sombra torcida en la fiebre de una avispa.
Aprieto la singularidad de mis tambores
en busca de tildes terrestres.
Asusto al infante que tiembla su cometa en mis ojos,
arruino sus días después, y arrastro su quinteto intento…
hasta la arcilla de mi ira.
Luego sangro, y bebo epitafios y persecuciones.
No permitiré que el niño vea el vacío de un alfiler, la desnudez de los zahories.
Tienes una manera de tejer poemas, metáforas, abstractos con cosas materiales, lo etéreo con lo morfeico. Es como si para poemar tuvieses la fórmula de Eistein, para convertir materia en energía y viceversa, y tus versos son explosiones nucleares.
A veces simplemente no encuentro la manera de halagar tales creaciones.
Pero me impresionan sobremanera, eso que ni que.
[ Creo que estás poseído por el espíritu de Octavio Paz + Roberto Bolaño + algún otro poeta desconocido ]