Duermen las aguas sobre su lecho.
El espejado elemento muestra la imagen invertida, de una ermita pequeña y de un puente viejo.
La arboleda, testigo de la calma, mira con ojos verdes el paisaje quedo y apacible.
Las flores se miran en las aguas limpias.
Últimas tardes de la primavera.
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Puente de piedra,
espejo de aguas limpias.
Vuela la abeja.
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Gracias a la magia de la poesía que congela momentos para mantenerlos vivos en la lectura, he vuelto a pasearme aunque con retraso por esas tardes de primavera a que nos lleva tu hermoso Haibun. Un abrazo Horten