Toma estos instantes sin permiso,
te juro que no me resistiré.
Bésame las respuestas
y las preguntas,
pero no desvíes tu mirada,
observa mi tierra húmeda
y yo escucharé el mar de tu grandeza,
los acantilados acarician
el aire entre tú y yo,
empoderando la libertad
de nuestros cuerpos,
y nos enredamos
entre piernas trenzadas
de media vuelta,
y sin quererlo, te siento mío,
tan mío
saciando esta hambruna de deseo
sin remedio,
tantas ganas cargadas de secretos
desvaneciéndose en tu piel.
Dime cosas bonitas,
dedicame otra sonrisa
hasta traspasar la barrera
de este instante.
Tú y yo somos cielo y averno
somos sueños…
somos todo y más