Hazme precipicio en tus caderas,
abismo en cada poro
de tus noches sin dormir,
hazme sombra en tu cabello,
destino en tus labios,
grito en tus manos de ecos.
Hazme vida,
manantial que desborda hogar,
caricia oportuna,
hazme de todo
menos falta
y en ti hazme temblor
de continentes,
maremoto de aguas
de diez mil navíos,
viento sin destinos
de desiertos.
Hazme canción oportuna
en tu sonrisa,
hoja en tu piel,
tinta en tus sombras,
amanecer en tus esquinas
de enigma,
en tu silencio
hazme hombre sin miedo,
y allá,
hazme el tiempo
que duré perdido.
Ven, hazme
música en
la partitura de tu íntima belleza,
esa que deambula en cielos,
lluvia, oscuridades
y en tu secreto más oculto.
