El pesar de mis memorias
me recuerda tu huida inesperada.
Un suspiro vaticinó tu escapatoria,
cerraste los ojos azules y te desvaneciste en el silencio.
No encuentro razón de tu partida,
más me quedan tus momentos presentes y dormidos en el recuerdo.
Transfórmate en mar,
ese que viene y va,
para tener un poco de ti en las orillas,
y tanto de ti en lo profundo.
Estoy aquí,
esperando un milagro,
estoy aquí,
esperando un llamado.