Brisa cálida,
puerto y refugio
que abriga mi mirada
en el epicentro
de tantos…naufragios
de tantas…marejadas
de tantas…palabras
(manchadas)
con óxido y almagre
socavando los cimientos.
Eres…
aire que respiro…
lluvia lenta que me acoge,
luz cetrina,
cobijo tenue en la piel
de mis noches.
Tus brazos, puerto seguro.
cuando gimen las tormentas.
Eres tiempo y final del día
cuando la tarde huye
de sí misma y quiere
escapar por mi ventana.
¡Maravilloso!; presiento la eclosión del poema en “puerto y refugio abrigando la mirada” por la experiencia sostenida en el deseo, que desde mi interpretación inicia la positivización del discurso; el tiempo que es propio del sujeto/ poeta—autora, adquiere independecia en su propia fuga por el agujero proyectado en el espacio que confina a la entidad temporal, por ahi se va la tarde, qué ¡espectacular! Aplausos.
Esa persona a quien escribes ha conseguido alumbrarte para escribir un poema gratamente hermoso. Las musas se le aparecen al poeta en cualquier momento y lugar.
Deleite leerte siempre bellotera . Un poema bellísimo que es cobijo, amparo, refugio … a veces de nosotros mismos. Y la foto no puede ser más sugerente.
Abrazos a tutiplén.