Triste

Triste.
Escucha las canciones que algún día prohibió abrir
en aquel reproductor lleno de polvo
y sentimientos sugerentes del pasado
que nada bueno traía.

Que a veces no somos la mejor versión de nosotros mismos.
Y qué importa, para el corazón poeta,
que se pasa los días fustigándose porque no encuentra las palabras;
las formas de poder expresar aquello que siente;
aquello que le mata.

Y se aferra a un corazón, pasajero, del velero del infierno;
Caronte, ven a mí, rescátame con tu barca,
que soy preso de sodoma y pronto bailaré con el demonio,
y nunca veré el cielo más allá de mi cabeza;
que algún día brotaba azul, y ahora es gris.

Triste. El café se muere en aquella taza,
las palabras pesan, tu corazón marchita.
Mi corazón descansa en la vela consumida
que deja atrás un reguero de cera,
lo poco que le queda de vida.

Y qué si estoy triste, y que más da.
Si los sentimientos son pasajeros,
y lo único que me importa es que todo acabe
como en los cuentos que antaño leía,
con un final; si es posible, feliz.

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Sentido, triste, pero hermosos los versos de tan buen poema.
Abrazo

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Sí, el corazón del poeta refleja bien lo que en los versos escribe… ¡Gracias por tu comentario! Saludos