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Son las órdenes.
Olvidad
los gritos,
los golpes,
la angustia,
los llamados de auxilio.
No durará mucho,
quizás una noche más.
Son las órdenes.
Debemos cumplirlas.
No abráis ninguna puerta,
dejad que todo pase.
¿Cómo vamos a hacer eso?
Hacedlo,
no podemos hacer nada más.
Son las órdenes.
Malditos seamos todos
los que cumplimos órdenes injustas.
Podemos darles
caricias,
la mano,
que mueran en nuestros brazos.
Debemos cumplir las órdenes.
Nos lo mandan desde arriba.
¿Desde arriba nos mandan
que no les demos nada
a quienes nos lo dieron todo?
Van a morirse igual.
Debemos tenerlo claro,
debemos olvidarlo.
Son las órdenes y las cumpliremos.
Malditas sean estas órdenes.
Y malditos sean los que las mandan.

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Algún día lo pagarán, Paco.
Debe ser así.
Será así, estoy convencida.
Buen poema.

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Eso espero, pero mientras eso eso pase no podemos olvidarles!!!

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Cada cerdo, tiene su San Martín y a todos les llega la hora…yo, no lo dudo.

Me gustó…es contundente.

Saludos

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Ojala, amigo, ojala se haga justicia, por tanto abandono.

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