El incendio del mundo y de la furia
que acompañan los años y el hastío,
de este espejo que muestra el desafío
del que escribe estos versos de penuria.
La planicie del llanto, toda injuria
infligida, descifra el desvarío
soterrado del grito, donde río,
sin embargo, tan pleno de lujuria.
Desolada quimera de la nada,
indecente caricia enajenada
que me salva del mundo demolido.
Y la vida convierte la ceniza
de los rostros marchitos en maciza
estructura de mármol encendido.
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Y en mármol queda tallado este hermoso soneto. Un cordial saludo José Antonio!
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Gracias. Carpe diem, por supuesto. Un saludo.
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Gracias, me alegro que te guste el canto a vivir la vida , por encima de todo. Un saludo.
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Bellísimo canto a la vida a pesar de sus tropiezos, poeta!!!
Gracias. Hay que seguir y plantar cara. Un saludo.
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Qué gran musicalidad hay en tus versos. Este poema es el ritmo y el fervor al unísono. ¡Saludos!
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Gracias por tu comentario. Un saludo.