Todas las tardes

Todas las tardes pasan pájaros quebrando
la esclerótica tersura del cielo.
Sobre sus alas sienten singulares vértigos
de la inmensa libertad que aman en vuelo.
Cruzan la urbanidad de las ciudades
flotando a su rutinario hormigueo,
lejos del múgrido poder que las subyuga
como un domingo triste y ceniciento.
Mientras, en sus ojos, se anuncia la amplia
consigna de estelares, místicos viajeros
en una migración continuada, eterna,
buscando la belleza que retiene el tiempo.
Los miro -pendiente mi ambición-
perplejo. Y de un salto me uno a su vuelo,
enmudecido, anhelante, hasta librarme
del lastre que me determina al suelo.

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Bello poema, compañero!! Esos pájaros negros…
Saludos.

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Saludos como pájaros de libre vuelo.

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