Tocar el cielo con las manos

Tocar no logro el cielo con mis manos
por más que en el empeño ponga ganas,
mientras me ducho todas las mañanas
maldiciendo con fuerza a los tiranos.

Dicen que somos para Dios hermanos,
pero fácil usamos las catanas,
aunque seamos viejos y con canas
para coces pegar a los paisanos.

Pues desterrar no logro aún las penas
que al rojo vivo tienen mis heridas
aunque los años pasen de corrido,

y la sangre no corra por mis venas
porque cerradas todas las salidas
por los morros me tienen retenido.

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