¿Acaso no notas hoy en el aire
el olor untuoso del titán?
El bosque está enmarañado
por tantos pensamientos fútiles.
Por ejemplo, la cierta,
esa que husmea con deleite
los indicios de la muerte.
Entre las recalcitrantes dudas
de las mentirosas ciencias
¿que se conoce realmente?
¿Acaso no es posible ver
que el abismo profundo del tiempo
está en esta gota de eternidad?
Mira, pues, otra vez este presente
¡pero no con los ojos de tu cuerpo
sino con los palpos de tu mente!
Como la gaviota que en los vientos
desafía al futuro con graznidos
y se siente cazadora valiente.
Igual tu. ¿Acaso no tienes
que infundir tu mundo en las cosas
y sucesos de esta vida corriente?
Vas también en el viento descartando,
asesinando los aún no nacidos futuros
para darles vida a los que tu pretendes.
No hay esfuerzo que sea en vano.
El universo cambia y se recrea,
con la magia del sueño que tu sientes.
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