{Lírico}
El tiempo arde en una cera,
el tiempo es sombra en la acera,
el nos alcanza aunque corras,
el tiempo duerme en las horas.
El tiempo florece en el campo,
el tiempo es fruto en el árbol,
el tiempo se marchita y renace,
el tiempo en la nieve se deshace.
El tiempo es polvo en el desierto,
el tiempo es firme, pero incierto,
se desborda en el río del verano
y resplandece con el sol temprano.
El tiempo nace en alguna clínica
y muere a tiempo con la vida cíclica.
El tiempo es una cana en el abuelo,
el tiempo es pluma de ave al vuelo.
El tiempo cae abundante con la lluvia
y habita en la flor de cada pueblo.
El tiempo, agua clara, después es agua turbia,
el tiempo se evapora y nos marchita,
es un lago que emana agua bendita,
es un pantano con monstruos que recitan,
es un mal crónico que todos necesitan.
El tiempo me reserva alguna esposa
y se llevó a mi ser querido a la poza.
Tiempo, en la celda de un panal
amarga miel, sudor aderezando una bacanal.
Es tiempo de reír sin descanso,
de andar ligero y descalzo.
Es tiempo de sufrir y de llorar,
es buen tiempo para lo malo perdonar.
El tiempo se vuelve mi enemigo,
alejó del sendero a mi mejor amigo.
Lo vi torturando a la mujer desamparada,
lo vi volverse recuerdo en la casa desalojada.
El tiempo espera por tus hijos
y se cristaliza con los años, en tus ojos fijos.
El tiempo es benevolente y justo,
es un verdugo que te mata injusto.
El tiempo se va y ya nunca vuelve,
es un ataúd oscuro que te envuelve.
Tiempo, tocando la ventana con manos de sol,
tiempo en las plumas del cuervo tornasol.
El tiempo me enseño a amar
él, me arrojó a tus brazos de mar,
me está ahogando en la obsesión
y me acompaña con su fatídica canción.
El tiempo se enamoró de tu nombre,
te menciona en los ecos de cualquier hombre,
en el llanto de la doncella enamorada,
en el trino de la calandria sin morada.
El tiempo se alojó en mi poesía,
todo lo que escribo se me vierte en profecía.
Mis versos en la noche te maldicen
y cuando llegas, mis caricias los desdicen.
El tiempo se desvió de mi propósito,
me abrió la llaga y me puso dolor en el apósito.
El tiempo me sonríe y te sonríe
pero al brillar, él nos lastima,
se entretiene y pide que yo te desafíe.
El tiempo te puso alas y te elevó a la cima,
y caigo en picada, al alcanzarte en cada rima.
Jorge Martínez C.
Autor.
Imagen: Pinterest.