Camina Anubis
de la mano con Thánatos
sembrando muerte ,
desgarrando las carnes
del luto de la Tierra.
Sube el oprobio al cielo,
la arrogancia del hombre
se humilla y sangra
su herida en rojo sangre;
lloran sus hijos.
Impresionante como encadenas
los personajes en una situación análoga.
Espectacular tu Tankaknat!
Habla la experiencia.
Nos has ilustrado de manera precisa.
Saludos cordiales,amigo poeta!
Demás tengo —me veo obligado— a decir que está hermoso… ¡Ufff…!, de por sí, siento una parcialidad marcada hacia los poemas mitológicos.
¡Qué curioso, no?, usar la plantilla de un poema japonés para pintar un híbrido entre lo egipcio y lo helénico… ¡¡¡Te la comiste, mi pana, te quedó muy bueno!!! A eso se llama —diría un amigo mío— saber usar los recursos.