Perdidos van los días por la ciudad tranquila.
Tengo noches sin sueño y tentaciones aplazadas.
No sé, si deba derrotar las utopías
y detener el silencio con sus minutos muertos,
o amontonar las horas con todas sus angustias.
Las margaritas secas, se van cayendo al suelo
y el viento se pasea por surcos inocentes.
Déjame ir ahora por la ruta del viento,
cargando brisas suaves y bailando con el viento.
Las nubes van cercando el camino que piso
y muy sola, me alisto a contemplar las horas
esperando algún día, me deshojes por dentro.
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Que tentaciones más bellas y seductoras, poeta!!! 
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Gracias por pasar, querida poeta. Un abrazo.