Templo de carne

En el centro: la inmaculada circularidad de la hostia
y bordeándola: la cegante aureocidad en las púas de aquel brillo cuadrante
romborizando así
una visible atmósfera auroral.

Ahí está el Señor de las cosas
esperando ‘hendirse’
bajo la fracción del pan
y la libación de su sangre
queriendo habitar dentro de nosotros
como en un templo de carne.-

Chane García.
@ChaneGarcia.

1 me gusta

Es una metáfora potente, la del “templo de carne”. Recuerdo una canción que decía “la catedral es tu cuerpo…”. ¡Extraño poema, pero sugerente! Gracias por compartirlo.

1 me gusta

Yo siempre he visto o sentido a Jehová y a Jesucristo como unos extraterrestres que quieren invadirnos, ¿sabes?, como aquella vieja película de «Los usurpadores de cuerpos». ¿Qué es lo que quiere Cristo? Vivir dentro de nosotros, pero para ello, tú debes estar dispuesto a aniquilar tu ego, o sea, el pináculo donde se asienta tu propio “yo”.

Como concepto filosófico y teórico, es interesante… y, como siempre digo, de todo lo filosófico se puede sacar algo ‘poemable’; pero como idea paranoica de los que manejan teorías de encubrimientos y conspiraciones secretas y todas estas cosas, no deja de ser atemorizante… “Ya no vivo yo sino Cristo es el que vive en mí”.

1 me gusta

No solo eso… todas las religiones (¡incluso las laicas!) buscan reemplazar lo individual, incluso la propia familia, con otros padres, otras madres, otros hermanos. Inquietante, sí.

1 me gusta