Te quiero un mundo
y lo hago porque queriéndote
a ti
también me quiero a mí,
porque es así de linda la vida,
quererse…
porque la poesía une fronteras
y desata el cariño.
Porque somos huérfanos de amor
y andamos buscando afecto
te quiero un mundo.
Porque el universo ya lo regalé,
la vida ya la di
y ya no me queda nada de valor
para darte.
Con quién, si no es contigo.
Dónde, si no es a tu lado
y aunque no existieras
ya te hubiéramos inventado.
Eres el mate de las tardes de domingo,
ese tango que te raja el alma
y te pone a bailar el corazón.
Luciérnaga perdida regando luz
en medio de este caos.
Ay, querida @lidiannymartin, esta bella frase, de pasada, también me ha dado una estocada. Ojalá se me hubiese ocurrido para “bailemos un tango…” algo que tiré por ahí hace algún tiempo.
¡Che!, Hermosa declaración, espero que los cielos de Córdoba no desaten sus celos sobre la Habana.
Y tú palabra adornada salpique agua salada del malecón. —Aplausos.
Cada uno de tus “te quiero un universo de lunes a sábado y doble los domingos” y “lo sabes, te quiero un mundo” desata infinidad de sensaciones. Reconfortan y acompañan. Regalas bombones para el alma. Y eso sólo lo puede hacer alguien que tiene mucho amor propio como para a la par ofrendarlo, regarlo y reconocerlo en otro ser. El autoconocimiento comporta un atletismo de apertura. Y tú, querida Lidi eres pura entrega. Cuánta dulzura cabe en tus ojos?
Llorar de emoción es poco cuando hay mucho vibrando dentro.
Gracias por tu mágica conexión, alma amiga.
Lo sé, lo siento. Y yo a ti también te quiero un mundo -y aparte-.
Bendita tu existencia!