Te he buscado
en los barbechos campos
de los grises días,
en los prados húmedos
de las noches estrelladas
y te he encontrado
en el lado de los sueños
con el escalofrió del olvido.
Con la zarza
de mis brazos
te retuve a mi lado
despojándote
de los harapos
del pasado
y como si fueses
un recién nacido
en tu pecho dibuje
el rostro de mi nombre
haciendo que el latir
del corazón, fuese
el suspiro eterno.
Pippo Bunorrotri.