Te guardé,
en la estrella más remota,
en la luna más llena,
en el sueño sin devolución
rasgando,
noche tras noche
con sus labios infinitos
el bostezo de mi despertar
Te guardé,
en la legaña matutina
en el sorbo del café
en el andén de la eternidad
esperando,
alba tras alba
con mi mermado calendario
la llegada del próximo tren
Te guardé,
en el lunar más anónimo
en el libreto inconcluso
en el pecado sin confesar
rememorando,
hambre tras hambre
con el mordisco del pecho
la caricia del ayer
Te guardé,
en tantas y tantas horas
y en tantos y tantos nidos
que hoy,
sin encontrarte
en mi ser
anidas en él
Nostálgico y hermoso poema amiga. A veces buscamos en lugares equivocados y no buscamos adentro, donde el ser guarda lo más preciado. Besitos y abrazos.