Tan bello como una flor
es tu más sano recuerdo,
que si la lengua me muerdo
negar podría tu amor.
Pero sé que con fervor
dentro del alma lo guardo,
y en deseos siempre ardo
cuando por mi mente rondas,
tal que me emitieras ondas
las propias de cualquier nardo.
Tanto que quien lo diría
que te añore con cariño,
si a tus órdenes me ciño
diciendo esta joya es mía.
Y cuida que si se enfría
me quedaré de una pieza,
si por perder la cabeza
me dejas en la estacada,
sin sentir por mí ya nada
simplón por naturaleza.
Ámame ya vida mía
y déjate ya de cuentos,
que los vanos sentimientos
destruyen la fantasía.
Así que con armonía
querámonos con pasión
y que explote el corazón
expresando lo que siente,
si con ojos de serpiente
lleva a perder la razón.