La tarde desvanecida
tiene espíritu de invierno,
absorto y trémulo perdido
rodaba el crisantemo
buscando su lecho herido.
Como Psique buscando a Eros
busca la primavera
su cáliz de flores,
la tarde es tumba y nacimiento
del fuego y el beso frío;
gélida esmeralda
de dicha y lamento.
Tumbada sobre sus gredas
yacía Psique
sobre la escarcha de Eros.
Lenta de sombras
y lejana de penas,
la tarde deshojaba
la flor del crisantemo.