La delicada planicie
de la luz en los cuerpos sudorosos,
ávida estación de la inocencia,
en la honda serranía,
en el íntimo cartílago del deseo.
El ansia que devora,
que mutila la pupila,
arqueológica enredadera del éxtasis,
junto al torrente seminal,
en el borde de la espuma,
al pie de los álamos en cinta.
Sobre la honda herida del labio,
la carne enciende sus olivos tenaces,
el efímero esqueleto del quejido,
que se hunde entre los altos trinos
de pájaros que hunden sus picos
en el laberinto sin voz de los amantes.
Hermoso poema como siempre.
Tarde de verano intensa y fogosa en tan ardientes versos, poeta!!!
Muchas gracias por tus amables palabras. Saludos.
Tardes de verano de la juventud, con la sangre ardiente y el calor… Gracias por tu comentario. Saludos.
!Wow! excelentes versos!
Precioso poema, el verano se prestaba para ello…
Saludos, José Antonio.
Cómo escribes, por favor!!! Más te leo, más me gustas
Hermoso poema. Saludos.
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
El verano del Sur, carnal y festivo. Muchas gracias por tus palabras. Saludos.
Gracias por leer con tanta dedicación mis poemas. Un saludo.
Gracias por tus amables palabras. Saludos.
Una tarde verano totalmente llena de pasionales versos !!!
Abrazos poéticos,
Estimado @Pradoalto, con toda y lumbalgia, hágole profundo encorvamiento de la espina dorsal como reverencia por esta finura para insinuar un erotismo refinado.
Aplausos!
Muchas gracias por tu comentario. Saludos.
Gracias por tu comentario. El erotismo es la literatura del amor físico. Saludos cordiales.
Exquisitamente intenso poema.
Saludos.!
Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.