¿De qué otra forma puede la tristeza
abatirme de nuevo? Ha terminado
el aroma del tiempo recobrado
y la noche reclama su ceniza.
¿Tanta soledad cabe en la belleza
de un recuerdo que quema; de un gastado
rincón donde tus labios he gozado?
El silencio del miedo ya comienza.
Del olvido y sus trampas seré preso;
amándote, tan lejos , te profeso
mi eterno amor, mi sueño derrotado.
Me quedaré tendido en la distancia;
tan lejos de las rosas, sin fragancia,
ajeno al mundo y su cuidado.