Sobre los hombros de las ansias
inflamadas de deseo,
como el almohada
dónde descansa el sueño,
yase ligera la caricias deosa de gozo,
de fuego muy dentro,
de antojo de ti,
hambre, sed cuando te veo.
Más mía distante,
que cercanos amores,
más sensitiva si tocarle,
que ardientes pasiones;
Como un consuelo que se arrima,
a un roto corazón,
como una herida que no es mía
y aún siento su dolor,
como un suspiro que da vida,
de tu aliento respiro yo.