Suspiros quejumbrosos
lanzan los chopos
ante mis ojos.
¡Oh, palpitar dulce de las ramas
que mueve el viento
por las mañanas!
En el camino beso su huella
porque es seguro
que estuvo ella.
La historia de tu bordado
te la enseñé una noche
que no he contado.
¿Qué te ha pasado?
¿Por qué cierras los ojos
cuando te beso?
Poeta, suspiros quedos
deja en el aire
su silueta.
¿Quién me llama?
Es el amor que pasa.
El amor no es nada,
lo he sentido otras veces
en mi ventana.
¿Adónde han ido los que he soñado
que nos vigilan en el ocaso
cuando te abrazo?
Rompe la lluvia tras los cristales
y el viento baila en los soportales.
Se siente ese rumor del viento entre las ramas y esa lluvia que moja el dintel de los soportales, mientras el poeta ve pasar la vida, lentamente. Gran poema, como ya nos tienes acostumbrados. Un saludo José Manuel.