Sus ojos cautivos

Sus ojos cautivos miran recelosamente la justicia por el abandono a que son expuestos, indignamente expuestos, por sociedades inescrupulosas.

El niño lo sabe. Ya solo les queda implorar por su libertad.

El niño preso enquista su mirada petrificada de dolor en todos los rostros sedentarios implorando condescendencia y humanidad. Sus dedos se aferran a los hierros corroídos creados por la sociedad indolente que procrea niños huérfanos.

El niño huérfano desahoga en la tierra su padecer. ¿Por qué no escuchamos sus contantes gritos cayendo al vacío del desdén .

El niño levanta su rostro moribundo señalando por su abandono y padecer al estado traidor y a sus viles cómplices; muchos de ellos con nombres de alta sociedad.

El niño transpira dolores copiosos, dolores silenciosos que sembraron bajo su maltrecha piel, por la malignidad de seres sin escrúpulos que visten de opulencia y caudillaje y que lamentablemente el niño no puede sortear.

Una voz apaciguada vive en su garganta, como las voces reprimidas por la opresión, así vive él, en la oscuridad más tétrica, mientras nosotros nos untamos festivamente loción de noche en nuestro adonizado cuerpo.

La Sociedad opresora e indolente procrea niños en luto

niños sin albedrío

niños sin calendario de vida que seguir.

¡Aquí hasta los santos viven excomulgados y presos!

Veo un rayo de luz martirizar su frente proscrita dibujando en algún futuro lejano el renacer del éxtasis de la vida.

Indulgencia y libertad para los niños presos de dolor que viven inmersos en la oscuridad de la noche: como sus ojos negros.

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Los niños imploran, las sociedades ignoran, el mundo está sordo. Muy reflexivo poema. Saludos cordiales.

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Agradecido a ti por la reflexión dejas y que a mi juicio es tan acertada. Feliz domingo.