Súplica

No te amó Dios a ti, como tú lo haces;
soy el samaritano
de otro evangelio en el desierto;

como castigo el Edén de alas rotas.

y esa maldición al desnudo,

Abandonado.

Cara y cruz.

Y mi —signo— “el que fluye hacia abajo”.

Ablución de la carne como penitencia.

Soy el impío trasnochador.

(Dios, cuando ya no esté aquí,
pesa el espíritu en mí en la fe que no tengo)

Salva el ente de mi alma y que no vaya a ti,
yo, que te he ignorado siempre.

No heredaré tu paraíso, ni tu reino.

Prométeme para mí, el Salmo ciento cuarenta: seis.

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Bien aventurado el que suplica con el corazón puesto en un poema, él, abrirá las cárceles de sus pesares y reinará por siempre. Aplausos @martinrenan24 .

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Sálvanos del mal que condena al mundo actual y a través de la poesía, condúcenos a un espacio, donde alcancemos la paz y la verdad espiritual. Buenos versos. Saludos.

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Tus versos con esa fuerza y esa verdad bíblica, siempre son contundentes y penitentes, Martín!!!:clap::clap::clap::clap:

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En las suplicas sin fe, se acentúan contradicciones dudosas, que hacen creer no creer, cuando creyendo se duda. Todo toma el color del cristal con que se mira.
Buen poema.
Abrazos

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Mucha fuerza, provocación y sentido poetico en estos versos. Buen poema. Saludos

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Poderosos versos de súplica…!!:pray:
Abrazos, Martín.

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Wow, qué súplica más poética. Dios no ha de ignorar tu hermoso ruego. Saludos navideños. :hugs: