Sueño tu sueño:
Te recuerdo cogiendo acederas,
la falda recogida y el pelo suelto.
Querías ser igual, vadear el mismo río
gatear los mismos árboles, saltar tapias,
buscar nidos…, como los chicos.
Nosotros no te dejábamos,
eras una chica, no podía ser,
dónde se había visto eso.
Corrías más, eras más lista,
silbabas más fuerte, trepabas más de prisa
y tenías mejor puntería que nosotros
pero, no eras igual, insistíamos.
Han pasado los años, no sé
qué nidos creaste, qué muros franqueaste,
si alcanzaste las copas de los álamos,
si habitas las praderas del cielo,
si pudiste o no con tu sueño.
Ese final del poema le pone la tapa al pomo.
Ese un sutil cargo de conciencia, con el remordimiento de no haber dado a la chica, en su momento la oportunidad de cumplir sus suenos.
Abrazo
Muy bueno!!! un merecido reconocimiento, en tus versos, con humildad se expresa una realidad muy extendida en aquellos tiempos infantiles ya tan lejanos, gracias por estos versos tan comprensivos, poeta!!!