Sueño con despertar algún día
en un mundo donde las heridas cicatricen,
donde no arrastaran a ciudadanos temerosos
a morir por palacios ajenos,
donde los guerreros fatigados del mundo
no carguen con el peso de las espadas,
sino que se deseen buenos días mutuamente
en lugar de noches silenciosas pero inquietas.
Sueño con despertar en julio
y no seguir sumando días de febrero,
donde las balas frías no vuelen
cambiando vidas por ceros,
donde los horrores de la guerra
silencian el canto de los ruiseñores,
donde los hombros maternos tiemblen
sobre las tumbas de sus hijos.
Sueño con despertar sin el infierno
bajo la categoría de “especial”,
donde cada mañana no comience
con mensajes de caos y desesperación,
y anhelar con una sed desesperada
ya sea justicia, ya sea calma.
Sueño con despertar algún día,
pero últimamente me cuesta encontrar el sueño.