Fue como un sortilegio
de versos tu mirada
entre verde y dorada,
un gozo, un privilegio.
Un portal hacia un sueño,
un capricho sin dueño.
Solamente un hechizo
puede justificar
morir y hasta matar
por su brillo cobrizo.
¡Sí, ya sabes que soy decimera de corazón! Después de probar la clásica, la espinela, la irregular, la francesa y no sé que otra más, el paso siguiente era crear variantes.
Los ojos del ser amado son el cielo y el infierno al mismo tiempo y que extremo es que nos lleven en segundos entre uno y otro
Esa adrenalina qué nos hace sentir la vida. Hermoso.