En el llanto que inicia a la vida,
escucha, no hagas ruido.
En nuestros pasos
cogidos de la mano
mientras te miro.
En la risa de un niño
y en la voz de un anciano
que proclama su historia
frente al olvido.
En las olas que alcanzan la orilla,
escucha, no hagas ruido.
En la cadencia
del arroyo que insiste
frente a los ríos.
En susurros que gritan,
en latidos que esperan,
en silencios nocturnos
a su vera,
escucha, no hagas ruido.