Sonetos 210 y 244. DIEZ DE AGOSTO (I y II)

Nuestro amor sucumbió al big bang de agosto,
- hasta el último temblor del desierto -,
y dos corazones, al descubierto,
se empaparon de miel y joven mosto.
En cualquier agujero negro y angosto,
- Universo que no estará despierto -,
hay mil razones, postulado cierto,
para un paraíso, amor de agosto.
Tú eres mi dulce alma de piel sensible,
el acorazado sensor del sueño
que me hace sentirme un ser invencible.
Tú eres quien me come, - piel comestible -,
dulce caramelo de vida y ensueño
que hace posible todo lo imposible.
~
… Y es así como pudo empezar todo:
<< lienzos al descanso de un caballete,
pinceles cogidos en ramillete,
pinturas superpuestas de algún modo,
besos de colores - codo con codo -,
atajos de amor sin ningún grillete,
nada de dolor ni nada que inquiete>>.
A veces, con lo abstracto, me incomodo.
Pero no hay nada como un diez de agosto
para aliviar los pesares pasados
e iniciarse en la senda de otra vida;
no hay nada tan sutil ni es tan angosto
como desatar los dedos cansados
del ángel de la guarda,… el que me cuida.


Soneto 210, Del Poemario SONETOS LÚCIDOS
[ Libro 2 de la Trilogía SINFONÍA DE SONETOS ]
© 2018 - josemateoangulogarcia@gmail.com
y
Soneto 244, Del Poemario DESNUDA ESENCIA
[ Libro 3 de la Trilogía SINFONÍA DE SONETOS ]
© 2018 - josemateoangulogarcia@gmail.com

1 me gusta