Si en todo lo que miro huella dejo
y nada me resulta indiferente
¿por qué se esconde dentro de mi mente
ese infierno con forma de complejo?
Si al mostrarme los dientes de vencejo
no subsiste ningún antecedente,
que me señale reo confidente
ni siendo niño, ni al llegar a viejo.
Será que ya flaqueen las rodillas
y la brisa erosiona mis entrañas
machacando los sueños en cadena,
que aunque a resguardo ponga las mejillas
sobrado apenas voy de buenas mañas
para dejar atrás todas las penas.